Sunday, November 22, 2009

Ciencia, ¿para quién?

Como comenté en mi primer nota, la vida profesional del investigador o académico -tomando en cuenta el modelo de la UNAM- está considerablemente restringida a la publicación de artículos científicos en revistas arbitradas.

Bien, ¿qué más puede hacer alguien que duda si continuar una carrera científica o salir del gremio de la investigación para aventurarse al limbo profesional?

El estudiante puede preguntarse lo siguiente: ¿para quién quiero hacer ciencia?

Esta pregunta es fundamental pues la respuesta marca la directriz del campo de trabajo del futuro profesionista. Para acercarse a la respuesta, se pueden considerar dos modelos de producción científica que tomo de las teorías de generación de políticas públicas:

1. Ciencia producida bajo el modelo "Top-down" (cumbre-abajo).
2. Ciencia producida bajo el modelo "Bottom-top" (base-arriba).

Hablaré primero del punto 1, que es el que he observado con mayor frecuencia en el gremio de investigación donde desarrollé el doctorado. La ciencia producida de forma top-down responde interrogantes que el investigador se plantea a partir de su campo de estudio. Estas preguntas suelen ser muy específicas y casi siempre se responden con experimentos de ciencia básica.

Pondré un ejemplo. Un investigador ha desarrollado una línea de investigación en su laboratorio donde explora cómo es que los ecosistemas se recuperan después de la perturbación humana (deforestación, cambio de uso de suelo y contaminación, entre otros). Para ello, el investigador ha encontrado sitios perturbados hace muchos años y ha desarrollado los experimentos pertinentes para saber si estos sitios regresarán a ser lo que fueron o se transformarán irremediablemente en algo más. Cabe mencionar que entre estas dos opciones hay otras tantas variantes que dependerán de cada investigación. El investigador, entonces, trata de descubrir cuáles son los factores que permiten o impiden la recuperación de un sitio, y justifica sus preguntas resaltando la importancia de los ecosistemas como son originalmente (bosques, selvas, humedales, desiertos sin tocar). Cuando el investigador logra responder las preguntas que se planteó, puede hablar un poco más sobre cómo (probablemente nunca) se recuperarán los ecosistemas que la mano del hombre ha alterado más allá de su capacidad natural para recuperarse.

Sin embargo, las respuestas anteriores tienen relevancia para la investigación que el investigador desarrolla, y para nadie más. Generalmente, y más en países en vías de desarrollo como México, las respuestas descubiertas por el investigador pueden quedarse almacenadas en artículos científicos y libros durante décadas, hasta que la situación ambiental es tan grave que el gobierno acude desesperadamente a los expertos para que le den la solución mágica de cómo no perder irremediablemente los servicios que los ecosistemas proveen (o proveían). El investigador entonces es consultado por el gobierno y, con mucha, mucha suerte, su conocimiento y opinión son tomados en cuenta para la aplicación de políticas públicas que busquen la recuperación de los ecosistemas. Hablar de políticas es harina de otro costal y no me extenderé en el tema aquí.

Vamos al punto 2, a la ciencia producida a partir del modelo "bottom-top". En este caso, el investigador cuenta con una conexión importante a algún grupo social que pretende resolver una pregunta que la ciencia puede esclarecer. El grupo social puede estar interesado en actividades productivas para lucrar, en recuperación de sus ecosistemas, en el manejo sustentable de los mismos, o simplemente en conocer más acerca de sus recursos naturales, entre muchas otras opciones. Entonces, el investigador trabaja junto con el grupo social para definir las preguntas que se desean responder y posteriormente desarrolla la investigación que puede resolver esas preguntas. Cuando se obtengan las respuestas, el grupo social interesado puede utilizar la información generada de dos formas: directamente para el manejo de sus recursos, o para exigir a las autoridades correspondientes los recursos económicos que le permitan hacer útil dicha información.

En el caso anterior, usando el mismo ejemplo de arriba, el investigador se acerca al grupo social o viceversa, y éste le expresa la necesidad de recuperar las áreas que se desea. El grupo social indica cuáles han sido los tipos de manejo que se le han dado a la tierra y cuál es el estado de los recursos naturales con el que se quisiera contar. No necesariamente el grupo social tendrá el objetivo de recuperar los ecosistemas originales, como mencioné en el ejemplo de ciencia "top-down". Así, el investigador diseña la investigación para transformar a los sitios indicados, de la forma más económica posible, al estado que el grupo social requiere. De forma paralela, el investigador -desde mi punto de vista- tiene la obligación profesional y moral de esforzarse por informar al grupo social sobre todos los aspectos relevantes del tema, pues es común que los grupos sociales sepan qué necesitan, pero ignoren los sutiles matices que la ciencia ha descubierto con años de investigación. El resultado deseado es que las respuestas que el investigador produzca con sus experimentos ayuden al grupo social a encontrarse en un mejor lugar con respecto al nivel inicial de su capital social, natural o económico.

Debo hacer un paréntesis enorme aquí. Para ello usaré el siguiente post.